sábado, 21 de marzo de 2009

El astronauta


El astronauta es un explorador de mundos.
Para el astronauta lo más importante es su traje. El traje lo protege del exterior.
Como lleva la materia de su propia tierra en su cuerpo, sin el traje la perdería. Perdería su escencia e identidad. Entonces, él se aísla con el traje para poder vivir. Pero ése aislamiento es también una condena, porque el astronauta no puede sentir lo que lo rodea, está desconectado de lo que explora.
A través del filtro de su visor, las imágenes pierden dimensión e intensidad, todo se ve como una foto vieja.
Como en el espacio no hay sonidos, el casco no transmite vibraciones del exterior, las capas aislantes de la temperatura, presión y radiación no dejan pasar ningún sonido; nadie creyó que eso era un problema. Entonces cuando el astronauta está en una atmósfera, sigue sordo. Sólo escucha las señales de radio de su propia nave, y no al ambiente.
En el traje sólo puede olerse a sí mismo; una mezcla nauseabunda de transpiración, orina y algo de materia fecal. No hay gusto; y los guantes alteran totalmente el tacto.
Está totalmente separado de la realidad. En su traje, el astronauta no puede explorar mundos. Sólo puede explorar su propia vida, y su mente.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Desidentidad

Conforme pasan los días estoy cada vez más enfocado en mi trabajo, a tal punto de no poder hacer ninguna cosa. Entonces viene a mí un recuerdo de una época en la que odié tanto todo lo que era que quería borrar mi memoria, mi identidad y mi personalidad.

En esa época llegué a destruir gran parte de lo que había hecho, como mis dibujos, y tiré mucho de lo que tenía acumulado, objetos que evocaban recuerdos. Era la época que pinté mi pieza de un blanco mate, cubriendo los graffitis que había hecho con mis amigos años antes.

Fue una época delirante, tenía el delirio de que podía volverme una hoja en blanco si me desligaba de todo lo que me ataba a mi pasado, pero me llevó a un gran sufrimiento cuando me dí cuenta de que perdía mucho sin ganar nada más que una idea de pureza absurda.

Nunca recuperé mi vida como había sido hasta ese momento.

Hoy en día estoy volviendo a experimentar ese vaciamiento, esta vez por el trabajo, el cual en cierta forma me gusta (y eso ya es mucho, nunca me había gustado un trabajo antes) pero me absorbe completamente.

Siento como me voy desdibujando, como me diluyo en un vacío absoluto hecho del menjunge hueco de los valores sociales, esas mierdas transitorias que en el fondo no valen nada.

Los límites que yo mismo me puse para definirme, esos NO que uno a veces tiene que imponer para hacerse valer, se están rompiendo, y con ello llega una gran aceptación de lo que nunca debería haber sido aceptado.

Mis recuerdos se evaporan, no los recuerdos técnicos o enciclopédicos sino los recuerdos personales, las memorias propias que ningún otro podría tener. No me acuerdo cuándo fue la última vez que me sentí feliz. Ya no me acuerdo cuándo fue la última vez que besé a una mujer, no me acuerdo bien de la última vez que tuve sexo.

Y no siento lo mismo. Escucho mis CDs viejos y no siento la fascinación que sentía antes, como platos que me enloquecían y el sabor ya no es igual... todo es plano, chato, tibio, fofo, blando... como yo mismo. Como mi identidad cada vez más débil.

Las líneas se siguen borroneando.

Por momentos me olvido quién soy. Quizás yo ya no sea quien pensaba que soy, y de última el ser que llamo yo no es más que una imagen interna, más compleja que la imagen que le muestro a los demás pero no por eso menos falsa.

¿Quién soy?

No sé quién soy.

No sé si alguna vez fui algo.

No sé si lo que fui tuvo un valor real en mí, ya que fue demasiado transitivo y temporal.

Cada tantos años me reciclo en otra persona, conservo el nombre, conservo la dirección física de mi casa, al menos hasta ahora.

Pero por dentro no soy el mismo.

Y me doy cuenta cuando me encuentro con los demás, con gente que no cambia tanto, esa gente que puede mantener una misma personalidad a lo largo de los años, quizás porque no se odien tanto a sí mismos como lo hago yo.

Cuando me encuentro con ellos me doy cuenta de que cualquier cosa que nos unió en el pasado fue circunstancial. Y que no compartimos nada en común ahora... en el fondo, no soy la misma persona que ellos creen que soy.

Me pasó con compañeros de primaria, de secundaria, me pasó con Giselle, con los scouts y con algunos compañeros de Telecentro.

Ahora me vacié de vuelta, soy otra vez un papel en blanco esperando generar algo que me pueda llenar de vuelta, algo que prometa completarme.

El trabajo me vuelve un autómata, la obsesión por hacerlo bien me roba la vida, pero yo odio mi vida y como todo debe ser destruida para dar lugar a una nueva vida.

Me pregunto ¿Cómo será mi próxima versión?

domingo, 27 de julio de 2008

Ser interior

Desde hace mucho tiempo estoy viviendo una doble vida. Ya no me acuerdo cuando empezó. Hay dos "yo", dos facetas muy diferenciadas y casi antagónicas, dos seres en lucha.

Está mi yo verdadero, mi ser interior. Mi espíritu. Este es el ser que con cierto esfuerzo se puede llegar a conocer al tratarme en persona. También puede ser descubierto leyendo entre líneas en todo lo que escribo, buscando las ideas de fondo en todo lo que comunico.

El otro ser es el cascarón exterior, la fachada. Una identidad creada para agradar a los demás, una personalidad que es lo que los demás esperan. Algo entendible, algo que encaje en los parámetros que crearon.

En este momento llevo a los dos "yo" dentro mío. Y me molesta la situación. Pero no me molesta del modo que estás pensando. No me molesta la indefinición, porque yo ya lo tengo definido. Ya tomé partido.

El tener que vivir la doble vida me trae muchos problemas. La gente me ve viviendo de una manera, pero cuando indagan hay incongruencias, inconsistencias muy grandes como para dejarlas pasar por alto. Pero necesito vivir de esta manera ya que la cáscara alimenta al núcleo, consigue el dinero y me hace pasar como uno más en la sociedad.

¿Pero cuál es la necesidad real? ¿Acaso el núcleo desea ser alimentado por el cascarón? Habría qué preguntarse qué es lo que quiere el espíritu, cuál es el anhelo de mi ser interior.

Porque lo que realmente quiero, lo que deseo por dentro, no me lo puede dar el exterior. No me lo puede dar mi "costra social", y no me lo puede dar la gente que me rodea.

Ese ser interior cada vez siente (siento) más opresión de la corteza. Como dije antes, hay una lucha. El espíritu quiere emerger y tomar total control, para evitar ser sofocado por la influencia externa que me encausa hacia un camino que aborrezco.

Es obvio que ya no hay convivencia posible, y una de las dos facetas debe desaparecer. Una de las dos vidas se tiene que terminar, para dar lugar a la plenitud de la otra. Y la que quiero que muera es la exterior.

Claro, si el ser exterior muere seré incompatible con la sociedad que me rodea. La sociedad como estructura tiene un mecanismo de defensa que sistemáticamente destruye a los seres libres a los cuales teme. Los seres libres son la transistasis, dejan la puerta abierta al cambio, no le tienen miedo a lo diferente porque son lo diferente.

Y si, estoy demasiado cansado del estado latente y larvario. Quizás sea hora de que la lucha se dé finalmente, y ver si la uniformidad puede consumirme o yo puedo darle batalla.

lunes, 28 de abril de 2008

Cielo

Alcé mi vista al cielo, un cielo plomizo, oscuro, depresivo, riguroso y lleno de odio.

Yo creía que no había odio en mi corazón, pero al ver ese cielo gris y amenazante comprendí que era un reflejo de mi propio odio y violencia. Para cualquier otro, hubiera sido sólo un cielo muy nublado.

Todos esos sentimientos, características e impresiones que le endilgaba a ese cielo, provenían de mí, yo los estaba generando. Así fue cómo descubrí mi propia oscuridad, atormentado por mis visiones bajo un cielo inclemente.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Estallar

Hay una creencia que tengo, que a mucha gente le parece algo "enfermo". Es la creencia de que la vida, la mera existencia, es dolor. Y todos llevamos ese dolor adentro, una especie de "pecado original" por el sólo hecho de ser. Ser es sufrir. Y hay que buscar una forma de aliviar ese sufrimiento que cargamos, de mitigar el dolor de ser humanos. Lo mejor que podemos hacer para hacerlo llevadero, es expresarnos. Hacer catarsis.

Eso me hace escuchar gran parte de la música que escucho, una música que expresa el dolor, el sufrimiento, la angustia, la desesperación. Como ejemplo, intentá escuchar la canción The Progress Escuchar canción del grupo The Pax Cecilia (dura 6 minutos 39 segundos, recomiendo escucharla entera).

Lamentablemente, este mundo de plástico ha olvidado el dolor y la angustia existencial, convirtiéndolo en un mal psiquiátrico tratable con pastillitas color de rosa. Pretendemos que somos felices, que todo va bien. Cuando alguien nos pregunta "¿Cómo estás?" no decimos "aflijido por un malestar de sentimientos caóticos" en su lugar decimos "bien". ¿Alguien realmente está bien? En un mundo psicoanalizado, donde todos buscan ayuda ya sea en manos de un psicólogo, un sacerdote de cualquier religión, o un chanta con todas las letras que promete la felicidad, es muy difícil creer que alguien está realmente bien. Pero no nos sacamos las caretas.

No, vivir no es lindo. Como tomar un remedio, es asqueroso pero es necesario. La vida es ese mal necesario, es un vacío de mierda que debemos llenar con un significado. Es el regalo estéril de un dios inexistente al cual tenemos que buscarle la gracia. No tiene sentido, porque no hay un destino. Somos productos del azar, venimos del caos y tenemos que vivir con ello.

Ese vacío es nuestra carga, somos responsables y tenemos que hacer algo con ello. Y lo primero que hay que hacer es aceptarlo. Aceptar que estamos incompletos y que nos falta algo, que somos un proyecto a medio acabar. Nuestro propio proyecto. Fingiendo que somos felices mientras nos pudrimos en nuestra sociedad-cárcel no va a ayudar.

Llevamos millones de años en este mundo y aún no aprendimos a vivir nuestra vida, aceptar nuestros sentimientos aunque estén mal vistos y sean políticamente incorrectos.

Estamos condenados a sufrir, pero no tenemos permitido expresar el sufrimiento.

No me importa ese mandato, no me callo por las prohibiciones. Prefiero estallar. Prefiero arder en un estallido de furia y liberar en un grito catártico todo el dolor, el miedo y la tristeza. Gritarlo, cantarlo, pintarlo, escribirlo. La vida duele, pero duele más no sentir nada, porque entonces no sabemos si realmente vivimos o sólo pretendemos estar vivos.

jueves, 25 de octubre de 2007

Entropia

La nada es absorbente, consume todo lo que existe para convertirlo en nada misma. Y la destrucción es tan grande, es tan fuerte que no hay resistencia posible ante su poder, ante su ímpetu insaciable que eventualmente llevará al universo a su fin.

En algún momento tuve miedo del agujero negro, porque no lo entendía. Creía que era una anomalía, una falla en el espacio-tiempo que destruye el delicado equilibrio del universo. Y mientras yo luchaba contra la idea del agujero negro, éste se hacía cada vez más grande. En poco tiempo gran parte de mi universo había sido devorado por el agujero, y yo mismo estaba siendo atraído por él. Ya estaba rendido, completamente resignado a morir en la singularidad. A medida que me acercaba al agujero, atravesando el horizonte de sucesos, pude mirarlo mientras caía en él a una velocidad infinita. Y en esos pocos segundos comprendí la verdadera naturaleza de la singularidad. Mientras mi universo era colapsado en un sólo punto de destrucción y muerte, ví la calma. Dentro del agujero todo estaba en paz. Todo se había reducido a un solo punto infinitamente chico. Todo había sido despojado de su energía y su calor, era el punto más bajo de energía, el punto de equilibrio. La incesante lucha por mantener la vida, por no dejar que las cosas caigan ya no tenía sentido. Dentro, todo había caído. Mis brazos habían caído, en la muerte ya no había necesidad de nada. Era la nulidad. La destrucción del universo había traído la calma, la había devuelto. La nada es el estado natural de las cosas, el vacío, la desolación es su forma pura. Las cosas que conocí como el universo, nunca existieron, nunca fueron reales. Nada podía ser más real que la singularidad, era ése el estado real, duradero, eterno, de un lugar sin espacio ni tiempo. Y todo lo que yo había conocido, mi vida, mi planeta, mi cielo de estrellas, nunca había sucedido realmente. Todo lo que daba por sentado, todo aquello que creía por cierto, era el sueño de un loco. La creación de un dios inexistente que nunca pudo haber creado algo tan ilógico. Ese mundo temporario era la arruga en el infinito espacio de la nada absoluta. Nada podía sobrepasar el punto más bajo de energía, y era el momento de aceptar que mi existencia es sólo una parte de la no-existencia, así como lo que llamamos vida no es más que una extensión de la muerte, un delirio, una anomalía. Ahora que esa aberración llamada vida desapareció esfumándose en su propio sueño de existencia, podía dejar de ser para convertirme en la nada misma y contemplar el vacío en una perpetua oscuridad.

Nada es más poderoso que la destrucción, nada se salva al fin último de la existencia, cuando se acepta la devastación como única verdad. Lo único absoluto es la muerte, el único destino es el olvido, que nos curará de la enfermedad que es la vida para convertirnos en lo nulo, lo indefinido. Para abandonar nuestra absurda pretensión de ser algo.

jueves, 18 de octubre de 2007

Cambios

Hace bastante que no escribo en el blog ni escribo nada literario. De hecho, hasta me cuesta leer. Tardé bastante en terminar El Invencible, de Stanislaw Lem y ahora tengo por la mitad Criptozoico de Brian Aldiss.
Anoche, mientras veía de vuelta Carretera Perdida, una de mis películas favoritas, me puse a reflexionar sobre los errores que cometí al escribir los cuentos que figuran en el sitio, y por qué no me gustan.
  1. No hay que dar moralejas. Lo interesante sería hacer historias que inviten a la reflexión, pero sin una visión polarizada. No concluir la historia con un mensaje de qué está bien o mal, de cuál es el camino correcto. Nadie puede saberlo, y mi juicio no tiene que formar parte de mi visión.
  2. Los cuentos son demasiado concretos, viven en un mundo bidimensional de cartón, todo se da por sentado. Esto hace que no hay posibilidad de maravillarse, no hay sorpresas, las historias son tan aburridas como la vida misma. Hace falta abstracción, hacen falta hechos sin explicación, y no un manual de causas y efectos de primer grado.
  3. La mayoría de los personajes son rígidos, predecibles, chatos y vacíos. No tienen cualidad humana, no dudan, no temen. A veces sufren, pero cuando lo hacen es como un legado, sufren porque tienen que hacerlo, porque son demasiado imbéciles para esquivar el sufrimiento.
Hay más errores, pero creo que se entiende el problema. Y si hay alguien que tiene el poder de arreglarlo, no soy yo. Sos vos.
Les dejo los archivos originales de los cuentos publicados en la página. Modificalos, alteralos, destruilos y reconstruilos. Si tenés ganas enviame la versión mejorada a mi mail, con tus datos para poder darte el crédito en el sitio.
Son Creative Commons, así que las modificaciones podés ponerlas en tu propio sitio, sólo tenés que hacerlo bajo la misma licencia y mencionar que soy el primer autor.

jueves, 30 de agosto de 2007

Pregunta 2


En muchas obras de ficción aparece un aparato llamado doomsday device el cual tiene la capacidad de destruir a toda la humanidad, al planeta, o al universo mismo. Quizás el mas conocido es el ice-9 de la novela "Cat's Cradle" por Kurt Vonnegut, que en paz descanse. Aunque se ve mas de esta locura en una de mis películas favoritas, Dr. Strangelove (o cómo aprendí a no preocuparme por la bomba y amarla).
Es un hecho que la humanidad se va a autodestruir. Mi pregunta es: Si tuvieras en tus manos un arma capaz de desencadenar el fin del mundo ¿La usarías? Parece una pregunta en extremo pelotuda, pero (y ya me parezco a Scott Adams) ¿Cuántas veces en tu vida tuviste la oportunidad de hacer algo tan importante? Y sabiendo de antemano que el mundo se iba a destruir, ¿por qué esperar a que lo haga otro si podés hacerlo vos? ¿Porqué dejar para dentro de 100 años lo que se puede hacer hoy? ;) Yo prefiero volar el mundo por mi cuenta y no esperar a que un villano malévolo con ansias de dominar el mundo y acento raro, cuyos planes siempre son frustrados por Bond, lo haga. Por lo menos de mí no sospecha James Bond, Jason Bourne, Jack Bauer o cualquier otro espía cuyas iniciales sean J.B. cuac! (Fabio te afané el chiste).

sábado, 14 de julio de 2007

Pregunta 1

Imaginate que sos un científico, y empezás a trabajar para el gobierno o el ejército, pero no te dicen en qué área específica.
Luego te llevan a algún lugar alejado, a una base subterránea. Todo en máximo secreto... finalmente te muestran "el objeto": una nave extraterrestre. Tu país (no sé de donde serás querido lector) hace años que tiene esa nave fosilizada y la investiga en secreto.
Lo primero que atinás a decir es "Pero... esto no puede permanecer en secreto. Hay que publicarlo, es el descubrimiento más importante de la humanidad" y un político o militar te responde "No podemos revelarlo al público, la reacción sería catastrófica. Este conocimiento es muy peligroso, de saberse las religiones caerían, los gobiernos perderían todo su poder, etc."
Yo me pregunto ¿Qué es la humanidad? ¿Somos las religiones organizadas? ¿Somos las banderas nacionales o partidarias? ¿Qué carajo importa si no estamos hechos a imagen y semejanza de un Dios, o si no existe Dios? ¿Qué importa que siga teniendo sentido una frontera o no, al saber que la humanidad es una sola y parte de otras civilizaciones? ¿No valdría la pena el posible caos, por el hecho de saber que no estamos solos en el Universo? ¿No valdría la pena cambiar el estado de las cosas, al saber algo nuevo que cambiaría todo? ¿Y acaso lo que se pierde no es una mierda de todos modos?

martes, 3 de julio de 2007

la vulgaridad de nuestra era

En una de las obras de Philip K. Dick, Valis, el personaje principal (que es él mismo en múltiples personalidades) tiene un delirio muy convincente de que el tiempo se detuvo durante la época del Imperio Romano (año 70 D.C.), para reanudar tras una de sus alucinaciones en 1974. El tiempo entremedio lo llama tiempo espúreo en el que en realidad no había pasado nada y la humanidad estuvo encerrada en la Negra Prisión de Acero.
Por supuesto que cuando Dick tuvo esa visión estaba totalmente drogado. Sin embargo no la considero errada, como mucho inexacta. En este mismo momento, en este mismo lugar, estamos viviendo una situación de tiempo espúreo y espacio virtual. La realidad no existe, no por un planteo boludo existencialista, sino por razones algo más complejas.
La palabra utopía en griego significa "no hay tal lugar" y este lugar es una utopía, este tiempo es una ucronía. En general el término utopía lo usamos para lugares bellos, por lo que el término distopía quizás sea más acertado. Yo creo que esta realidad, este universo es una fantasía enferma de alguna mente enloquecida por un síndrome de histeria colectiva; o en su defecto uno de los universos transversales de Donnie Darko, un error del espacio-tiempo que perdió sincronía para volverse la aberración autómata en la que desgastamos nuestras "vidas".
Esto no es sólo la base argumental de algo que voy a escribir, es lo que realmente creo.
Creo que en este tiempo vivimos atrapados en la Negra Prisión de Acero, yo llamaría a esta situación ridícula Era Vulgaris (aún cuando eso es equivalente del Anno Dominis), igual que el nuevo disco de Queens of the Stone Age.
Soy conciente de que existen otros universos mejores, y aunque ahora está de moda llamarlos metaversos yo les digo paraversos, en su conjunto incluyendo esta basura de nivel inferior conforman un espectro más amplio y valedero.
Esto que digo, que parece algún tipo de delirio de un hombre que está muy aburrido, es en realidad lo que me viene a la mente mientras sueño y no sólo a mi... es decir probablemente podamos encontrar una explicación menos metafísica y mas neuroquímica para los paisajes oníricos o las alucinaciones que les producen las drogas a los artistas.
Todos vimos en videoclips y demás experimentos estéticos (por no mencionar nuestros queridos libros y películas de C.F.) la posibilidad de mundos diferentes; OK es solo una posibilidad pero si no existiera siquiera como posibilidad porqué habríamos de concebirla. Eso no la hace real, de serlo entonces Dios y otros conceptos lo serían.
Pero si leíste todo esto entero algún grado de convencimiento deberías tener. Ahora, podés tomarlo o dejarlo y seguir encerrado en un subespacio mental de este estrecho pseudo-verso.